Publicado: 21/09/2017
Día Internacional de la Paz
La Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el día Internacional de la paz en 1981 para conmemorar y fortalecer los ideales de paz en cada nación y cada pueblo del mundo. Veinte años más tarde, en 2001, la Asamblea General decidió que el 21 de septiembre fuese el día en que anualmente se observe la fecha como día de cesación del fuego y de no violencia a nivel mundial.
Las Naciones Unidas invitan a todos los pueblos a respetar el cese de las hostilidades durante este día y a conmemorar esta fecha a través de iniciativas de educación y de sensibilización pública sobre cuestiones relacionadas con la paz. Este año la campaña se titula: Juntos por la paz: Respeto, seguridad y dignidad para todos.
El día internacional de la paz brinda la oportunidad de destacar la sólida y necesaria relación que existe entre la paz y los derechos humanos, que se reconocen cada vez más inseparables. Reflexionar y actuar para construir una cultura de paz, implica un cambio de paradigma cultural y político que debe traducirse en una transformación absoluta de lo que hacemos en el mundo, el desenmascaramiento de los mecanismos de dominación, cambios a nivel personal, social y estructural, así como la transformación de las viejas políticas de seguridad basadas en el armamentismo y en la fuerza militar. Estos cambios deben surgir de políticas que promuevan la protección de los derechos básicos de las personas, salud y educación y, por sobre todas las cosas, libertad, la de vivir en un mundo que no se convierta en una amenaza constante para la vida, sino en un lugar en el que todos tengamos posibilidades de desarrollarnos como personas íntegras, dotadas de protección de los derechos que son indispensables para la vida de los pueblos.
Mahatma Gandhi sostenía que "la violencia del Estado es mucho más peligrosa que la privada, porque se presenta con el ropaje de acción protectora". La violencia estatal y todo tipo de violencia debe ser rechazada y combatida a través del diálogo, la capacidad de empatía, el respeto a la diferencia. La violencia muta de rostro y de formas: puede ser física, verbal, psíquica, doméstica o pública, ejercida por personas o por grupos o instituciones, contra otros o contra uno mismo, pero siempre admite una sola respuesta: la condena y el repudio, venga de donde venga. La paz así lo exige.
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