Publicado: 02/06/2016

LA VIGENCIA DE LA EDUCACION SEXUAL INTEGRAL, A UN AÑO DE #NIUNAMENOS

El Ministerio de Educación y Derechos Humanos, a través del área Políticas Provinciales y Nacionales, convoca a reflexionar sobre la importancia de la implementación de la Educación Sexual Integral en las aulas de todos los establecimientos escolares de nuestra Provincia.


El compromiso asumido por los y las docentes en la implementación y valoración de la Ley 26.150 ha dado muestras de que la misma es una clara herramienta de abordaje áulico que permite el acceso a la información y tiende a la construcción de saberes preventivos y de auto cuidado, y todos/as y cada uno de los/as integrantes de la institución educativa somos igualmente responsables de su implementación y valoración. La escuela como parte del contexto social, los cambios operados en las últimas décadas en la condición de las mujeres, así como la inclusión y la equidad, nos convocan a repensar de manera constante el devenir del sistema educativo. Somos conscientes de que aún queda camino por recorrer y la escuela es un espacio compartido en el que la reflexión y validación de los derechos debe ser una constante. Educar en la sexualidad no quiere decir conducir a los/as estudiantes hacia determinadas formas de vivir; por el contrario, es abrir el abanico de posibilidades con la intención de ofrecer conocimiento y estrategias que posibiliten el autocuidado, la conexión respetuosa con el cuerpo propio y el de los/las otros/as. Educar e informar, e identificar situaciones que requieren la intervención de un adulto, habilitan la posibilidad de hablar acerca del reconocimiento de factores de riesgo. Reconocer y discriminar los distintos significados de los secretos, percibir que se establecen contactos que generan incomodidad o desagrado, poner en evidencia representaciones y estilos de vinculación que naturalizan los abusos o los malos tratos, permite su reconocimiento y favorece una intervención a tiempo en pos de prevenir situaciones de riesgo. Es necesario, desde la educación, promover una cultura democrática e inclusiva, reflexionar sobre nuestro accionar como docentes, reconocer prácticas y discursos discriminatorios y sexistas, y trabajar a fin de resolverlas desde la cotidianeidad. Desde Educación, asumimos fuertemente el compromiso de seguir trabajando en visibilizar la violencia de género, en la prevención de hechos que la originen y motivando a la sociedad toda a no callar, a comprometerse.