Publicado: 30/04/2015
DDHH CONMEMORA LOS 38 AÑOS DE LA PRIMERA RONDA DE MADRES DE PLAZA DE MAYO
La Secretaría de Derechos Humanos del Ministerio de Educación de Río Negro expresa su homenaje a las Madres de Plaza de Mayo, al cumplirse 38 años de la primera ronda, emblema de su lucha por la verdad.
El 30 de abril de 1977, un grupo de mujeres, madres de detenidos con quienes habían perdido todo tipo de contacto, coincidieron en solicitar una audiencia con el entonces presidente de facto argentino Jorge Rafael Videla, para lo que se reunieron en Plaza de Mayo, frente a Casa Rosada, y a través de una manifestación pacífica pidieron saber a dónde estaban sus hijos.
La idea surgió de una de ellas, Azucena Villaflor de Vicenti, quien le dijo a las entonces pocas madres que estaban esperando al secretario del Vicario Castrense, "Individualmente no vamos a conseguir nada. ¿Por qué no vamos todas a la Plaza de Mayo? Cuando vea que somos muchas, Videla tendrá que recibirnos".
A partir de ese mismo día, 14 madres -a las que con el tiempo se fueron acercando más con el mismo reclamo- permanecieron en grupo y de pie. Fueron las fuerzas de seguridad que custodiaban la plaza quienes les indicaron que marcharan de a dos, debido a que el país estaba bajo estado de sitio y estaban prohibidos los grupos de tres o más personas. Entonces comenzaron las marchas alrededor de la pirámide de Mayo.
Entre aquellas primeras Madres estuvieron Azucena Villaflor de Vicenti, Berta Braverman, Haydée García Buelas, María Adela Gard de Antokoletz, Julia Gard, María Mercedes Gard y Cándida Gard, todas hermanas; Delicia González, Pepa García de Noia, Mirta Baravalle, Kety Neuhaus, Raquel Arcushin, Antonia Cisneros, Señora de Caimi y una joven que no dio su nombre. Al viernes siguiente aparecieron más madres, entre ellas Hebe de Bonafini, de la ciudad de La Plata.
Poco a poco, la presencia de las madres en la Plaza se hizo una costumbre; primero ocurría los días viernes, luego acordaron que se hiciera los jueves, de 15:30 a 16, día y hora en que transitaba mucha gente por el lugar. La difusión se hacía de boca en boca ya que aún la prensa no hablaba de "desaparecidos" y por consiguiente tampoco existía el grupo "Madres". Para reconocerse, usaban un pañuelo blanco en la cabeza que en un principio se hacía con tela de los pañales que se usaban para bebés y que representaban a los hijos. Ese pañuelo se convirtió en su símbolo.
Entre el 8 y el 10 de diciembre de ese mismo año, las fuerzas armadas bajo el mando de Alfredo Astiz, secuestraron a doce personas vinculadas al grupo, entre ellas a tres Madres, las primeras madres desaparecidas: Esther Ballestrino y María Ponce de Bianco y Azucena Villaflor de Vicenti.