Las vacunas nos protegen mediante la creación de defensas naturales en nuestro organismo para reducir el riesgo de enfermarnos, transmitirlas o si nos enfermamos no tengamos complicaciones más graves o severas. Actúan generando una respuesta de nuestro sistema inmunitario, que:
Las vacunas contra la COVID-19 enseñan a nuestro sistema inmunitario a reconocer el SARS-CoV-2 que causa esta enfermedad y a generar anticuerpos para combatirlo sin enfermar. Tras la vacunación, el cuerpo está preparado para luchar contra el virus y prevenir la aparición de síntomas graves o complicaciones.
Las personas que hayan sido infectadas por este virus también deben vacunarse.
Para la mayoría de las vacunas siempre se administran dos dosis, en COVID-19 es necesario administrar dos dosis inicialmente y un refuerzo (3° dosis).
La primera de estas dosis sirve para exponer a nuestro sistema inmunitario al antígeno —es decir, la proteína que da lugar a la producción de anticuerpos—; esta primovacunación estimula la respuesta inmunitaria. En cuanto a la segunda dosis, actúa potenciando la respuesta inmunitaria para que el organismo recuerde cómo luchar contra el virus si este entra de nuevo en el organismo.
Existen muchas medidas estrictas de protección para garantizar que las vacunas contra la COVID-19 sean seguras. Como todas las vacunas, las que se desarrollen contra la COVID-19 se someten a un riguroso proceso de ensayos en muchas fases, incluidos ensayos amplios (fase III) que abarcan a decenas de miles de personas. Esos ensayos, que suelen incluir a personas de alto riesgo respecto de la COVID-19, están especialmente concebidos para identificar cualquier efecto secundario habitual. Después del registro y licencia de la vacuna comienza la evaluación de fase IV, que es cuando la vacuna se aplica a la población. En esta etapa se inicia la aplicación masiva en la población objetivo y el monitoreo nacional de los eventos supuestamente atribuibles a la vacunación e inmunización (ESAVI).
Las vacunas aprobadas para los niños y niñas son:
De 3-11 años, Sinopharm (2 dosis) más un refuerzo (a los cuatro meses). Esta vacuna viral es inactivada.
De 12-17, Pfizer y Moderna más un refuerzo (a los cuatro meses)
De más de 18 años cualquiera de las vacunas.
Podes acercarte en el vacunatorio de tu barrio o salita, en el hospital de tu ciudad o en las campañas que se hacen en los distintos lugares como escuelas, espacios libres y demás.
La vacuna la administra siempre un trabajador de la salud y es posible que se pida a la persona vacunada que espere durante 10 o 15 minutos antes de irse para mantenerla bajo observación y para que los trabajadores de la salud puedan actuar ante cualquier reacción inesperada.
Como ocurre con cualquier otra vacuna, las que inmunizan contra la COVID-19 pueden causar efectos secundarios leves, por ejemplo, febrícula o dolor y enrojecimiento en el lugar de inyección. Estos síntomas suelen desaparecer a las 24 o 48 horas.
Sí. Incluso si ya ha pasado la COVID-19, debe vacunarse. La protección que se obtiene al haber padecido la enfermedad varía mucho de una persona a otra. La inmunidad que logran las personas que se vacunan después de haber tenido una infección natural es siempre muy alta.
Vacunarse, aunque se haya tenido la COVID-19, equivale a que hay más probabilidades de estar protegido durante más tiempo.
De acuerdo a las recomendaciones del Ministerio de Salud, la primera y segunda dosis debe ser aplicada luego del alta clínica y epidemiológica, respetando el intervalo mínimo establecido para cada vacuna. Para la dosis de refuerzo se deberá esperar 90 días después del alta, respetando 4 meses de la aplicación de la última dosis del esquema.
Si una vez vacunados, como cualquier otra vacuna del esquema del calendario nacional de vacunación, se puede hacer una vida normal.
Se conoce como inmunidad colectiva, o rebaño, o de grupo, cuando la protección indirecta contra una enfermedad infecciosa se consigue cuando una población se vuelve inmune, ya sea como resultado de la vacunación o de haber presentado la infección antes. La inmunidad colectiva conseguida debe lograrse protegiendo a las personas a través de la vacunación, en un porcentaje igual o mayor al 95% de la población objetivo lo que reduciría la cantidad total de virus que podría propagarse entre toda la población siendo así posible mantener seguros y protegidos de la enfermedad a los grupos vulnerables y de riesgo que no pueden vacunarse.
Es indispensable que niños y niñas tengan su calendario de vacunación completo. Los de 5 y 6 y los niños y niñas de 11 años, forman parte de la población que debe reforzar las vacunas y cumplir con el calendario obligatorio.
Vacunas del ingreso escolar
Los niños y niñas de entre cinco y seis años tienen que recibir tres vacunas:
Sí, las vacunas contra COVID-19 se pueden coadministrar junto con cualquier otra vacuna, pudiéndose aplicar el mismo día (en sitios distintos) o días diferentes sin requerir intervalo entre las dosis. Esto resulta fundamental para poner al día el Calendario Nacional de Vacunación en una única visita al vacunatorio. Por eso, es muy importante que cuando los niños y niñas concurran al vacunatorio, lleven sus certificados de vacunación para que el personal de salud los revise y verifique si es necesario completarlo.
NO, no es verdad. En muchas noticias se ha sugerido que algunos tipos de vacunas podrían cambiar nuestro ADN, debido a que algunas de las vacunas están compuestas por un pequeño fragmento de la información genética que tiene el virus llamado RNAm. Esa partecita produce una proteína que es la llave de entrada del virus a nuestras células. Lo que hicieron los científicos fue encapsular ese fragmento de información genética en una burbuja de grasa que viaja hasta las células; allí, el sistema inmune la reconoce como extraña o peligrosa y genera una respuesta de anticuerpos contra el SARS-CoV-2. Esos anticuerpos son los que nos van a proteger en el futuro de una infección del virus real.
Además, para quienes se preocupan por los posibles cambios genéticos que pueda generar este tipo de vacuna, el RNAm definitivamente no entra al núcleo de nuestras células, por lo que no tiene contacto con nuestro ADN.
No hay pruebas que demuestren que las vacunas contra COVID-19 interfieran en la fertilidad. No existen pruebas biológicas que indiquen que los anticuerpos de la vacuna contra COVID-19 o sus componentes puedan causar problemas en los órganos reproductores.
Vacunarse es lo mejor que puede hacer para su protección y la de su hijo en el futuro.
Esquema de Intercambiabilidad para el esquema inicial | ||
Primeras Dosis | Segundas Dosis | Intervalo Mínimo |
Sputnik V
Componente I |
AstraZeneca o CanSino | 8 semanas |
Moderna o Pfizer | ||
AstraZeneca | CanSino, Moderna o Pfizer | |
Pfizer | Moderna | 28 días (4 semanas) |
Moderna | Pfizer | |
Sinopharm |
Sputnik V Componente I, Sputnik V Componente II,
AstraZeneca, CanSino, Pfizer o Moderna |
Roca 260 - Viedma
(2920 - 429125)
Álvaro Barros y Rivadavia - Viedma
(2920 - 425220)
Álvaro Barros 552 - Viedma