Publicado: 23/03/2017

24 DE MARZO, UN "PASAMANOS" MEMORIAL

La Junta que ustedes presiden no es el fiel de la balanza entre "violencias de distintos signos" ni el árbitro justo entre "dos terrorismos", sino la fuente misma del terror que ha perdido el rumbo y sólo puede balbucear el discurso de la muerte. La censura de prensa, la persecución a intelectuales, el allanamiento de mi casa en el Tigre, el asesinato de amigos queridos y la pérdida de una hija que murió combatiéndolos, son algunos de los hechos que me obligan a esta forma de expresión clandestina después de haber opinado libremente como escritor y periodista durante casi treinta años.


Este fragmento fue escrito por Rodolfo Walsh un 24 de marzo de hace 40 años y es parte de la "Carta Abierta De Un Escritor A La Junta Militar", publicada a un año del inicio de la más atroz violación de los derechos humanos perpetrada en nuestro país en manos del Terrorismo militar de Estado, que produjo una de las secuelas más dolorosas que portamos en nuestra memoria histórica. Desde entonces, cada 24 de marzo, la ciudadanía se siente unida, por encima de las diferencias, frente a la necesidad de sostener la Memoria, la Verdad y la Justicia como principios irrenunciables. Entre luchas y disensos, hemos construido un suelo común de defensa de la dignidad humana que es el andamiaje para sostener con fuerza, ahora y siempre, Nunca más. Por eso, en cada 24 de marzo es imperioso rechazar la utilización del terror y del miedo en todas sus formas como fundamento de la política y de las economías deshumanizadas. Desde la irredenta valentía de los primeros pedidos de "aparición con vida" de las organizaciones nacientes de Derechos Humanos durante los '70, la recuperación de la democracia, la conformación de la CONADEP y el primer Juicio a las Juntas Militares en los '80, las luchas por derribar las amnistías que buscaban las amnesias negacionistas de los '90, hasta la derogación de todos los obstáculos que se interpusieran en el avance de los juicios en todo el territorio del país y la recuperación instituida de conmemoraciones, relatos y lugares de la memoria en los años que hemos transitado; una inmensa cantidad de experiencias nos pueblan. Sin embargo, aún falta avanzar en el debate y reconstrucción de los aspectos controversiales y no abordados de la historia reciente y en la inacabada tarea de la investigación crítica de lo sucedido, sea cual fuere el lugar que hemos tenido en la sociedad. Diagramar futuros sólo en términos de las deudas y de los legados del pasado no contribuye a crear políticas activas. Se puede recordar de otras maneras, con memorias plurales que se comprometan en combates por lo que está por venir. Recordar el golpe de Estado de 1976 y los horrores de la dictadura cívico militar implica no sólo revivir una pesadilla, sino hacer memoria y entramar el entendimiento con el recuerdo, la comprensión con la acción, el sentido con el cuerpo, el cuerpo con la identidad y la cultura. Las luchas por la Memoria, la Verdad y la Justicia, a lo largo y ancho del país, fueron costosamente visibilizadas, parcialmente escuchadas y trabajosamente transformadas en acciones de justicia reparadora, hasta lograr consolidarse en una política de Estado que es necesaria mantener y profundizar. Las tareas realizadas y las por venir en procura de políticas públicas en pos de la Memoria, la Verdad y la Justicia, y la reconstrucción de relatos que develen las historias particulares de cada región, son acciones que han ido organizándose y continuarán hilvanándose en pos de una convicción: lo sucedido no se repetirá ni de forma similar ni de otro modo parecido. No olvidaremos. En las escuelas, en las casas y en las plazas: espacios públicos y lugares de consensos y disensos ciudadanos, anudamos cada aniversario las significaciones del Nunca Más viejas y nuevas generaciones en un "pasamanos" memorial de gestos y pequeños diálogos poderosos. Dra. Laura M. Méndez Secretaria de Derechos Humanos Ministerio de Educación y Derechos Humanos Provincia de Río Negro.