Hugo Cañón fue un luchador en la búsqueda de la verdad, justicia y memoria, de los crímenes de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura cívico militar. Cañón era nativo de la ciudad Bahía Blanca y fue miembro de la Comisión Provincial por la Memoria desde sus inicios. En 1986, fue designado Fiscal Federal, dando comienzo a la investigación de los crímenes de lesa humanidad de la jurisdicción del V Cuerpo del Ejército y de la Armada, en la zona de Puerto Belgrano. En 1987 logró que la Cámara Federal de Bahía Blanca indague y dicte prisiones preventivas a los principales jefes del Cuerpo V de Ejército. Fue el primer fiscal en plantear la inconstitucionalidad de la ley de obediencia debida. En 1999, volvió a impulsar las investigaciones por crímenes de lesa humanidad en el marco de los Juicios por la Verdad. Integró la Comisión de Fiscales llamada Comisión de Derechos Humanos del Ministerio Público Fiscal y actuó con fiscales italianos en el marco de la investigación de los crímenes ocurridos durante la aplicación del "Plan Cóndor". En el año 2000 recibió el premio Justicia Universal otorgado por la Asociación Argentina Pro-Derechos Humanos de Madrid. Luego de seis años, recibió de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional de La Plata, el premio "reconocimiento a la trayectoria y el compromiso con la Defensa de los Derechos Humanos". En el 2007, la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires lo distinguió como "Personalidad Destacada de los Derechos Humanos", por ser el único fiscal del país que 20 años antes había impugnado la ley de obediencia debida. En 2009 renunció a la Procuración, para integrar el partido Nuevo Encuentro junto a Martín Sabbatella, del que fuera, además, candidato a Diputado Provincial en la provincia de Buenos Aires.